El otro día haciendo la compra en el mercado, me dijo Roberto, que hacía mucho tiempo que no comíamos nabos gratinados, así que como habían unos pequeñitos blancos, me decidí por ellos.
La receta original que es de un restaurante de la zona, la hacen con nabos negros de Capmany.
INGREDIENTES:
8 nabos
1 cucharadita de mantequilla o margarina
2 Calçots o cebolletas tiernas
50 gr de Queso azul Bleu d'Auvergne (o el que tengáis más a mano)
1 chorrito de crema de leche
Pelar y poner a cocer (en agua o al vapor) los nabos, de 20 minutos a 1/2 hora, dependerá de lo tiernos que sean, ir pinchando con cuidado para comprobar el punto de cocción hasta que estén cocidos pero firmes, tampoco hay que pasarse, para que no se rompan al manipularlos posteriormente.
Mientras tanto, picar la cebolleta en brunoise (a cuadraditos pequeñitos), incluyendo parte de verde. Pochar a fuego medio, la cebolleta en la cucharada de mantequilla, hasta que esté blandita, sin que tome color, eneste punto añadir el queso y un chorrito de crema de leche, remover hasta que el queso se deshaga y quede una masa densa pero no excesivamente espesa.
Una vez cocidos los nabos, dejar escurrir y enfriar un poco, para que no nos quememos al manipularlos; una vez templados, partir por la mitad y con un sacabolas o la punta del cuchillo, ir haciendo hueco en el centro de cada mitad, para poder rellenarlos.
Una vez todos los nabos vaciados, añadir lo que hemos sacado de los nabos a la crema de queso, remover bien, hasta que quede bien integrado, comprobar la textura, y si hiciera falta, añadir algo más de crema de leche para la masa no resulte demasiado espesa.
Encender el horno con la zona del gratinador encendida, y mientras tanto ir rellenado las mitades de los nabos con la farsa resultante de mezclar la cebolleta, el queso la crema de leche y el nabo.
Poner a gratinar en la parte superior del horno, y cuando los nabos empiecen a coger un tono dorado, ya se pueden servir.
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