Hoy hemos hecho potaje de garbanzos y espinacas para comer, siguiendo la política de comidas fáciles de hacer y de comer, porque con un convaleciente en casa hay que hacer comidas que en un momento dado sean fáciles de triturar, si es necesario.
INGREDIENTES:
1 bote de garbanzos
1/2 manojo de espinacas
migas de bacalao (frescas o congeladas pero desaladas)
2 dientes de ajo
1 cebolla
1 tomate rallado o 2 cucharadas soperas de tomate triturado de bote o 1 cucharadita de concentrado de tomate
1 cucharadita de pimentón
sal, perejil, y aceite de oliva
4 huevos cocidos
unas hebras de azafrán
1 puñado de almendras
1 patata
En una cazuela, hacer un sofrito con los ajos y la cebolla muy picados.
Cuando empiece a tomar color añadir el tomate, dar unas vueltas al tomate y espolvorear una cucharadita de pimentón, incorporar una taza de agua o de caldo de verduras(cuando hago hervido de verduras, yo suelo guardarlo y congelarlo) para que no se queme el pimentón.
Este sofrito se puede enriquecer si se quiere con una copita de vino blanco, yo no le suelo echar porque no me sienta muy bien.
Una vez listo, añadir el bote de garbanzos escurridos (y pasados por el grifo hasta que dejen de hacer espuma) al sofrito y una patata pelada y troceada, cuando hierva unos 10 minutos, añadir las espinacas picadas en grueso, dejar sudar unos minutos, y echar el bacalao desmigado. No es para guisarlo, simplemente es para que se impregne del sabor del sofrito.
Hacer una picada con las almendras y el azafrán, añadir un poco de caldo para hacer una pasta más manejable y añadir al guiso, moviendo un poco para que se integre.
Añadir los huevos cocidos y troceados para acabar de completar el plato. Dejar reposar unos minutos, y listo para servir.
NOTA: Mi madre me comenta que ella la picada la diluye con un chorrito de vinagre y también queda muy bueno.
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