Esta receta yo la conocí a través de mi suegra, ella utilizaba unas berenjenas estrechas y alargadas que aquí me cuesta encontrar, así que he buscado las más estrechitas para que la cocción sea más uniforme. Hasta ahora no las podía hacer porque mis fogones han sido durante 35 años eléctricos, pero con la reforma puse gas que era mi mayor deseo para mi nueva cocina.
INGREDIENTES:
4-6 berenjenas
Sal y Pimienta
Aceite de Oliva Virgen Extra
Lavar las berenjenas y secarlas, es conveniente tener a mano una pinza metálica o algún instrumento que permita ir moviéndolas.
las ponemos en la llama y las tenemos 4/5 minutos dándoles la vuelta, tienen que quedar negras con la piel quemada.
Poner el fuego a potencia media-baja, encender el extractor y depositar las berenjenas sobre los quemadores de gas, apoyarlas en las parrillas y darles la vuelta a medida que se vayan haciendo para que se cocinen por todas partes por igual.
El tiempo final puede variar bastante, no solo en función del tamaño de la berenjena, sino también de su frescura (las más frescas tienen más agua y tardan más). Estarán listas cuando estén blandas por todas partes y con la piel ennegrecida: se pueden abrir y durante el proceso; simplemente acomodarlas bien de nuevo y seguir con la cocción si aún no están hechas.
A medida que vayan estando listas, pasarlas a una fuente y dejar que se enfríen.
Cuando se puedan manipular sin quemarnos, pelarlas con cuidado para no dejar trozos de piel calcinada, mi suegra se mojaba la mano para ayudarse al pelarlas.
Al cocinarse al fuego, se ahúman y se deshidratan más, consiguiendo un plato de sabor mas potente y concentrado. No tiene nada que ver con la versión al horno, o a la brasa, el sabor que da la llama directa es inconfundible.
Luego simplemente partirlas a tiras y aliñar con sal y pimienta y un chorrito de aceite.
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