O lo que viene a ser una tortilla a la italiana, su peculiaridad es que no se le da la vuelta, con lo cual queda mucho más vistosa, esta vez no le he añadido el bacon, porque a mi nieto V. no le gusta, aunque los demás somos de la opinión que el bacon lo mejora todo.
INGREDIENTES
1 cucharada de aceite de oliva
1 puerro
1 cebolla
100 gr de bacon (optativo)
2 calabacines
6-8 huevos
aceite y sal
1 pizca de pimienta negra
50-100 gr de gorgonzola u otro queso azul
Pelar el puerro y la cebolla, lavar bien para retirar la posible tierra que tenga entre sus hojas y cortar en juliana, poner una sartén con un poco de aceite a fuego lento, y pochar hasta que empiecen a estar tiernos, incorporar entonces el bacon troceado, salpimentar al gusto y rehogar hasta que esté hecho. Reservar.
Lavar el calabacín y cortar el calabacín en rodajas finas. Poner un poco de aceite de oliva en una sartén antiadherente, dorarlo ligeramente pero sin hacerlo demasiado, para que no quede muy blando. Reservar.
Batir los huevos en un cuenco grande y poner una sartén amplia al fuego con unas gotas de aceite y la temperatura baja. Verter los huevos batidos y salpimentados al gusto, cuando empiecen a cuajar, incorporar una capa de rodajas de calabacín, una capa de sofrito, otra capa de calabacín y de nuevo una capa de sofrito.
Tapar la sartén y dejar cocer unos minutos, comprobar la cocción y con una fina espátula redondear los bordes de la frittata.
Cuando el huevo esté casi cuajado, incorporar el queso gorgonzola desmenuzado y las aceitunas, volver a tapar y dejar que termine de cuajar. También se puede terminar la frittata de calabacín gratinándola en el horno.
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