El fin de semana teníamos previsto hacer una escapadita a Tarragona a una reunión de amigos, con calçots incluidos, pero decidimos empezar el fin de semana, yendo a dormir a Barcelona y cenar en el restaurante Atica, del cual había oído buenos comentarios en el mundo bloguero gastronómico.
Nos decidimos por el menú degustación, que constaba de cuatro platos y dos postres.
El primer plato que nos sirvieron fue un salmón marinado acompañado con panceta de ibérico, y aliñado con una vinagreta de balsámico, un plato que nos gusto mucho.
El segundo plato fue un chipirón a la plancha aompañado por un guiso de garbanzos y butifarra negra, una mezcla curiosa, pero que casaba muy bien, el chipirón en su punto y unos garbanzos muy cremosos con una salsita muy gustosa.
Como tercer plato del menú nos sirvieron un bacalao con chanfaina, el bacalao estaba en su punto, ya que se desprendía en lascas, muy jugoso y el pisto o chanfaina, también estaba perfectamente hecho, ya que estaba a trocitos, pero no estaba ni deshecho ni demasiada entera la verdura.
El último plato que nos sirvieron fue unos pies de cerdo "sin trabajo", ya que estaban deshuesados (encontramos algún pequeño huesecillo, por mucho que te esmeres siempre se escapa alguno), estaban cocidos deshuesados, envueltos en mantellina, y luego de frutos, guisados en una salsa de pasas, y servidos sobre puré de patatas, tal vez fue el plato que aunque encontramos bueno, para la cena nos pareció un poco pesado.
Cuando nos dieron la carta nos comentó la camarera que fuera de la carta tenían un carpaccio de gambas de Palamós, le preguntamos si entraría en el menú degustación y la camarera nos dijo que dependía de la inspiración del momento del cocinero, y tal vez porque esperábamos que si que entrara, nos defraudo un poco que nos pusieran los pies en vez de las gambas.
A la hora de los postres nos pusieron en primer lugar un tiramisú, que encontramos muy bueno, ya que estaba muy cremoso y con una textura muy agradable, ya que no predominaba ningún sabor en concreto, ni el queso, ni el chocolate , ni el café.
Como segundo postre nos sirvieron una mousse de chocolate con polvo de galleta, que no nos apreció nada del otro mundo, ya que la mousse, estaba demasiado densa y la galleta, no era muy allá, de hecho la quitamos del postre, pues no le añadía nada al ser el chocolate tan denso, si hubiera sido la mousse más ligera, si que hubiera hecho algo de contraste, la galleta además parecía tipo maria, lo que no aportaba ningún sabor a la mezcla.
Cuando nos dieron la carta nos comentó la camarera que fuera de la carta tenían un carpaccio de gambas de Palamós, le preguntamos si entraría en el menú degustación y la camarera nos dijo que dependía de la inspiración del momento del cocinero, y tal vez porque esperábamos que si que entrara, nos defraudo un poco que nos pusieran los pies en vez de las gambas.
A la hora de los postres nos pusieron en primer lugar un tiramisú, que encontramos muy bueno, ya que estaba muy cremoso y con una textura muy agradable, ya que no predominaba ningún sabor en concreto, ni el queso, ni el chocolate , ni el café.
Como segundo postre nos sirvieron una mousse de chocolate con polvo de galleta, que no nos apreció nada del otro mundo, ya que la mousse, estaba demasiado densa y la galleta, no era muy allá, de hecho la quitamos del postre, pues no le añadía nada al ser el chocolate tan denso, si hubiera sido la mousse más ligera, si que hubiera hecho algo de contraste, la galleta además parecía tipo maria, lo que no aportaba ningún sabor a la mezcla.
El vino con el que acompañamos la cena fue un vino del bierzo llamado Baltus hecho con uvas de la variedad Mencia, un vino que nos gustó mucho.
NOTA: En conjunto fue una cena muy agradable y que no defraudo nuestras expectativas, salimos por unos 30€ por cabeza.
3 comentarios:
Soys muy malos, hablais sin tener ni idea.... Mejor dedicaros a la prensa rosa. Es muy fácil opinar de lo que hacen los demás.
Anónimo, siento que no te guste nuestra experiencia de la cena, pero si no aprecias los comentarios constructivos, lo siento por ti.
Atica es un restaurante en Barcelona que vale la pena visitar para sorprenderse y disfrutar con algunos platos de toda la vida actualizados y cocinados con excelente materia prima. Muy buena RCP. Una experiencia gastronómica muy positiva y auténtica por la honestidad de sus platos y la pasión que ponen los propietarios en lo que hacen.
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