Aunque el origen de estos huevos no está muy claro, si que parece ser que su origen es americano. La primera vez que yo probé los huevos Benedictine, fue en nuestro viaje a Nueva York, con motivo de nuestras bodas de plata, en esa ocasión iban sobre un bagel abierto y tostado, era la variante con salmón, pero no iba con la salsa holandesa por encima tal como sugería Liliana, si no que iban acompañados de una deliciosa ensalada, esta vez solo han sido los huevos pero en cambio llevaba la salsa que le ha dado un puntito buenísimo.
INGREDIENTES:
4 tostadas (yo de pan de salvados)
100 gr de salmón ahumado
4 huevos escalfados
Tostar el pan de salvados .
Colocar en un plato, untar con un poco de salsa holandesa ligera.
Repartir las láminas de salmón sobre los dos tostadas.
Realizar los huevos escalfados poniendo a hervir una cacerola con agua, sal y unas gotas de vinagre.
Con una cuchara remover el agua con un movimiento circular, haciendo un remolino y echar el huevo en el centro, dejar cocer unos 3 minutos .
Retirar con una espumadera con cuidado de no romper el huevo.
Colocar los huevos escalfados sobre el salmón y verter la s Salsa Holandesa Ligera por encima.
Fuente: Babelia
1 comentario:
Tiene una pinta muy rica.
Publicar un comentario