Esta cadenas de creperies, se caracteriza porque entre su decoración suele haber un autobús (o parte de el) bastante psicodélico y todo el local está ambientado en los años 70.
Los crepes salados que se preparan aquí están hechos con harina de trigo sarraceno y mantequilla salada.
Nuestro menú para cenar fue una crepe salada para cada uno y una dulce de salidou de postre para compartir, las ensaladas del menú, que hemos probado en otras ocasiones también están muy buenas y son muy abundantes, así que es mejor compartirla si se pide ensalada.
Roberto se pidió la Crepe La Bergere, compuesta por champiñones con cebolla, queso de cabra, panceta, crema de leche y cebollino
Roberto se pidió la Crepe La Bergere, compuesta por champiñones con cebolla, queso de cabra, panceta, crema de leche y cebollino
Lola se pidió la Crepe la Norvegienne que llevaba salmón fresco, salsa de puerros y almendras laminadas.
Y yo me pedí la Crepe La Begmeilloise que llevaba espinacas, queso de cabra, salmón ahumado y almendras laminadas.
Y de postre la Crepe de Salidou, salsa que está compuesta por mantequilla salada y caramelo.
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