A mí me gusta quitar la guindilla en la salsa, pero muchas veces suelo olvidarme y me encuentro la sorpresa de vez en cuando, pero podéis suavizar la receta acordándoos de sacar las guindillas antes de añadir el tomate o directamente no ponerlas, pero entonces le quitareis toda la gracia a la receta.
Esta clásica salsa es muy común en Italia para servirla con pasta, los platos más famosos con esta salsa son: spaghetti all’arrabbiata, maccheroni all’arrabbiata y penne all’arrabbiata.
1 sepia grande limpia y troceada
1 cebolla laminada fina
3 dientes de ajo
2 latas de tomate entero pelado (escurrido pesa 960 g., sin el agua) o passata
Albahaca fresca (6 o 7 hojas grandes)
4-6 peperoncinos o guindillas enteras
Aceite de oliva extra virgen
1 cucharadita de varias hierbas aromáticas (tomillo, orégano y perejil)
Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
3 cucharadas grandes de queso Pecorino Romano o Parmesano recién rallado
Poner aceite en la sartén, y sofreír la cebolla, cuando esté medio pochada añadir la sepia troceada y saltear todo junto, mientras tanto hacer la salsa.
Abrir la lata de tomates enteros pelados y retirar el exceso de líquido (el agua del tomate) ya que en este caso sólo se va a utilizar la pulpa. o utilizar directamente passata
Poner en una cazuela el AOVE y mientras se calienta, pelar los ajos y filetear finamente.
Añadir a la cazuela los ajos fileteados y peperoncinos (o guindillas), dorar los ingredientes y cuando comiencen a tener color añadir los tomates y trocearlos con ayuda de una cuchara de madera, yo esta vez tenia passata.
Pochar hasta que reduzcan a menos de la mitad de su tamaño, unos 40 minutos si son enteros y unos 20 si es passata, a fuego lento.
Si hay prisa se puede hacer en 20-10 minutos a fuego medio-alto removiendo continuamente para que no se pegue el tomate a la cazuela (pero el sabor no será el mismo).
Ahora una pizca de sal y pimienta negra recién molida.
Añadir la albahaca picada y las especias. Mezclar bien juntando sabores.
Probar y rectificar de sal y/o pimienta. Reservar para juntar con la sepia.
Añadir la sepia a la salsa arrabiata, añadir el queso rallado y mezclar todo para que se junten bien los sabores.
Decorar cada plato con un poco de perejil picado y/o hoja de albahaca fresca.
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