Este verano no hemos hecho unas vacaciones típicas y clásicas, hemos hecho varias microvacaciones.
Todo empezó por querer hacer un viaje de relax a Madeira, que en el último momento no pudo ser.
Así que de un día para otro, cambiamos de planes y decidimos relajarnos de otra forma, buscando por Internet, en ofertas de última hora, encontramos un Balneario relativamente cerca de casa, y nos lanzamos de cabeza, la verdad es que tuvo sus pros y sus contras, pero en general lo pasamos bien.
Empezamos en día yendo a La Roca Village, para aprovechar las rebajas, como se nos hizo la hora de la comida allí, y alguna vez habíamos intentado comer en el recinto, pero como solo hay 2 restaurantes, es bastante complicado hacerlo sin tener que esperar un buen rato, decidimos ir al pueblo que hay al lado y comer en un restaurante llamado El Parque, especializados en caracoles (plato que por cierto no hemos probado, ninguna de las veces que hemos estado), donde pudimos degustar unos platos de cocina de mercado, realizados con mucha corrección.
Todo empezó por querer hacer un viaje de relax a Madeira, que en el último momento no pudo ser.
Así que de un día para otro, cambiamos de planes y decidimos relajarnos de otra forma, buscando por Internet, en ofertas de última hora, encontramos un Balneario relativamente cerca de casa, y nos lanzamos de cabeza, la verdad es que tuvo sus pros y sus contras, pero en general lo pasamos bien.
Empezamos en día yendo a La Roca Village, para aprovechar las rebajas, como se nos hizo la hora de la comida allí, y alguna vez habíamos intentado comer en el recinto, pero como solo hay 2 restaurantes, es bastante complicado hacerlo sin tener que esperar un buen rato, decidimos ir al pueblo que hay al lado y comer en un restaurante llamado El Parque, especializados en caracoles (plato que por cierto no hemos probado, ninguna de las veces que hemos estado), donde pudimos degustar unos platos de cocina de mercado, realizados con mucha corrección.
Mientras decidíamos que comer, una cervecita con unas aceitunas aliñadas, de primero una ensalada variada, con higos frescos, piñones y reducción de vinagre balsámico, y una ensalada tibia de habitas con ibérico y aliño de vinagreta de hierbabuena.
De segundo, pedimos unas galtas o carrilleras a la brasa, con guarnición de verduritas y patatas y un pollo con frutas secas.
De postre para que bajara la comida, un sorbete de limón y un helado de chocolate con naranja confitada, los dos postres caseros, buenísimos.
De segundo, pedimos unas galtas o carrilleras a la brasa, con guarnición de verduritas y patatas y un pollo con frutas secas.
De postre para que bajara la comida, un sorbete de limón y un helado de chocolate con naranja confitada, los dos postres caseros, buenísimos.
Después de la comida, continuamos viaje al Balneario Blancafort, después de disfrutar de las instalaciones exteriores, aprovechamos para visitar La Garriga, aunque no es una población muy grande, me encantaron los edificios modernistas y de gótico civil que encontramos paseando por la ciudad.
Por la noche, teníamos pagada la cena en el balneario, con una botella de cava incluida, sin coste adicional, así que nos quedamos a cenar allí, para la categoría que pretendían tener, la verdad es que nos defraudó un poco el menú, al degustarlo, el pescado tenía trozos poco hechos y la carne estaba fría (se la debieron olvidar, pues tardaron en traerla), al personal le faltaban tablas y los postres estaban a temperatura ambiente, con lo cual perdían parte de su gracia, una pena, por lo que cobraban.
El pan para elegir eran chapatitas, o pan de aceitunas, de primero se podía elegir entre tortellini a la carbonara, o ensalada de salmón marinado, de segundo a escoger entre sanpedro con verdurita y solomillo con gorgonzola y cremoso de patata y de postre mousse de yogurt con limón y pastelito a los 3 chocolates.
1 comentario:
Ala!!! qué bien te lo has pasado!!!
Besicos
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