No suelo hacer muchas galletas, pero cuando vi estas, en La cuina vermella me atrajeron porque eran distintas. He hecho la mitad con salvado en vez de la harina de almendras, aunque la textura era buena, el sabor era demasiado fuerte a salvado (además le he tenido que añadir algo más de zumo de limón pues el salvado absorbe más líquido), las de almendra eran buenísimas, tal vez les faltaba que fueran un poquito más dulces, para compensar que le había puesto un poco más de limón.
INGREDIENTES:
50 gr. de mantequilla pomada
200 gr. de harina de almendras (100 gr de almendras y 100 de salvado por separado)
2 cucharadas de fructosa glas(una pizca más para espolvorear)
4 cucharadas de jugo de limón
Ralladura de un limón
1 huevo, separar la yema y la clara
En un bol grande, batir la mantequilla con el fructosa a punto de crema.
Añadir el jugo y la ralladura del limón, después la yema y batir hasta que esté bien mezclado. Incorporar el romero picado, (en este punto he separado la masa en dos partes), añadir la harina (o el salvado, a estas les he añadido más zumo de limón) y mezclar hasta a obtener una pasta suave. Envolverla y dejarla enfriar durante 1/2 hora en la nevera.
Encender el horno a 180ºC.
Sobre una superficie ligeramente enharinada extender la pasta bien fina con el rodillo.
Dar forma a las galletas con el molde deseado y disponerlas en la bandeja del horno.
Batir ligeramente la clara de huevo.
Pintar con ella la superficie de cada galleta y ponerles una pizca de fructosa glas.
Cocerlas aproximadamente durante unos 15 minutos.
Dejar que enfríen sobre una reja metálica antes de servirlas.
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