Nos vamos unos días de vacaciones y dejaré algunas recetas programadas, porque no creo que pueda disponer de conexión a Internet, con lo cual no podré leer si me hacéis algún comentario.
Felices Fiestas a todos y cuidado con los atracones, que luego duele la tripita.
Visitando la página de mi paisana, he encontrado esta receta con calabaza, y como tenía una calabaza empezada que me había regalado mi amiga Dolors, y antes de congelar la parte que me quedaba por gastar he decidido aprovecharla haciendo algo dulce con ella, y aquí está el resultado.
INGREDIENTES:
2 tazas de harina integral
1 cucharada de salvado integral
1 cucharadita de levadura en polvo
1 sobre doble de gasificante de repostería
1/2 cucharadita de sal
1 cucharadita de canela molida
1/2 cucharadita de jengibre molido
1/4 cucharadita de clavo molido
1 pizca de nuez moscada
2 huevos medianos
80 gr de fructosa (o 150 gr de azúcar moreno)
1/2 taza de aceite de girasol
1 taza de puré de calabaza
1 yogur natural
8 orejones partidos a trocitos (o un puñado de pasas)
Precalentar el horno a 200ºC y preparar los moldes rectangulares o un molde de cake.
Tamizar todos los ingredientes secos juntos.
En otro recipiente batir (mejor con batidora de varillas) los huevos con la fructosa, añadir el aceite, la calabaza y el yogur y batir un poco más, hasta que quede homogéneo.
Incorporar la mezcla seca en dos o tres tandas, usando una espátula para mezclarlo todo con movimientos envolventes. Finalmente añadir los orejones y mezclar para distribuirlos bien.
Echar la masa sobre el molde o moldes, igualando la parte superior con la espátula. Introducir a media altura en el horno, bajando la temperatura a 180ºC (yo lo he puesto con ventilador). Hornear entre 30-45, hasta que al pincharlo con un palillo salga seco.
Esperar 5 minutos una vez fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar totalmente sobre una rejilla.
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