Otro de los microviajes que hicimos en agosto, fue a un hotel con spa, también cerca de casita, pues se trataba de relajarse, no estresarse haciendo kilómetros, así fue como encontramos el hotel Mas Solà, por Internet, intentamos buscar la página del hotel para ver que ofertas tenían, pero de primeras no la encontramos, con lo cual acabamos cogiendo una oferta no se si de "atrápalo" o de "lastminute". Nosotros no quisimos coger ninguna oferta que incluyera la cena, para que no nos pasara como nos pasó en el Balneario de La Garriga.
Pero cuando llegamos al hotel y vimos las ofertas que tenían, nos sentimos estafados por la que habíamos encontrado nosotros.
Por el precio que pagamos, que era habitación con desayuno, en el hotel tenían una oferta que además incluía la cena en el restaurante La Masía de la cadena.
Llegamos cerca de las 13,00 pues previamente, hicimos una parada en Santa Coloma, al ser sábado, había mercadillo (salía en la página del Ayuntamiento), y aunque no era muy grande, tenía un poco de todo, así que dimos una vueltecilla.
Pero cuando llegamos al hotel y vimos las ofertas que tenían, nos sentimos estafados por la que habíamos encontrado nosotros.
Por el precio que pagamos, que era habitación con desayuno, en el hotel tenían una oferta que además incluía la cena en el restaurante La Masía de la cadena.
Llegamos cerca de las 13,00 pues previamente, hicimos una parada en Santa Coloma, al ser sábado, había mercadillo (salía en la página del Ayuntamiento), y aunque no era muy grande, tenía un poco de todo, así que dimos una vueltecilla.
De allí fuimos al hotel a registrarnos, bueno, antes hicimos una paradita en el super a comprar agua y zumo.
El hotel es muy reciente y su estética, es muy moderna, si tenemos en cuenta que el origen del complejo está en el restaurante La Masía. La habitación era espaciosa y con vistas muy bonitas y relajantes, pero yo no se en que piensan los diseñadores de interiores, en según que acabados.
La nevera por ejemplo, estaba encerrada en un mueble sin ventilación, con lo cual, al meter el agua y el zumo, no había manera de que se enfriara, para solucionar el problema tuvimos que dejar la puerta del armario abierta para que el flujo de aire se renovara, con lo fácil que sería dejar la parte de atrás del armario sin tapar o al menos agujereada o con una rejilla de ventilación.
Segunda torpeza decorativa, el baño muy mono, con su balda inferior donde estaban las toallas, pero luego, no había ni una percha para dejar la toalla en uso, en la bañera igual, solo la balda donde estaban las toallas, pero sin un gancho para dejarlas una vez usadas, al final, todo el glamour evaporado, pues había toallas colgando del secador de pelo, de la manilla de la puerta, encima del lavabo y en el tirador del armario, ¡es que ni una percha detrás de la puerta del baño! Pero aparte de estos detallitos, la habitación estaba genial.
El hotel es muy reciente y su estética, es muy moderna, si tenemos en cuenta que el origen del complejo está en el restaurante La Masía. La habitación era espaciosa y con vistas muy bonitas y relajantes, pero yo no se en que piensan los diseñadores de interiores, en según que acabados.
La nevera por ejemplo, estaba encerrada en un mueble sin ventilación, con lo cual, al meter el agua y el zumo, no había manera de que se enfriara, para solucionar el problema tuvimos que dejar la puerta del armario abierta para que el flujo de aire se renovara, con lo fácil que sería dejar la parte de atrás del armario sin tapar o al menos agujereada o con una rejilla de ventilación.
Segunda torpeza decorativa, el baño muy mono, con su balda inferior donde estaban las toallas, pero luego, no había ni una percha para dejar la toalla en uso, en la bañera igual, solo la balda donde estaban las toallas, pero sin un gancho para dejarlas una vez usadas, al final, todo el glamour evaporado, pues había toallas colgando del secador de pelo, de la manilla de la puerta, encima del lavabo y en el tirador del armario, ¡es que ni una percha detrás de la puerta del baño! Pero aparte de estos detallitos, la habitación estaba genial.
Nos fuimos a las piscinas exteriores, que tenían varios tipos de instalaciones de spa, pero de camino, echamos una ojeada al buffet del restaurante del hotel(sugerencia de recepción) (no confundir con el restaurante La Masía), y decidimos que no estaría mal para comer, si queríamos aprovechar el tiempo, pues había varias nubes amenazantes, que podían estropear la tarde, con lo cual mejor dejar la sesión de spa de interior para la tarde.
Así que piscinas, con cervecita y frutos secos y de allí, después de cambiarnos, comida en el hotel.
Así que piscinas, con cervecita y frutos secos y de allí, después de cambiarnos, comida en el hotel.
De entrante, hicimos un poupurri, pimientos y berenjenas asados con atún en aceite, humus con huevas, rollo de puré de patata con atún y pimientos, arroz al curry, había algunas cosas más que no recuerdo bien (tipo fritos) y ensalada variada. Luego de platos fuertes había caballa en escabeche, pollo en salsa y arroz con verduras, había también redondo de ternera y pescado rebozado y frito, que no probamos. De postre a parte de fruta , flan y crema catalana, habían fresas maceradas y gelatina o mousse de chocolate con naranja. Después de la comida, siestecita, y sesión de spa cubierto, las instalaciones aunque no eran excesivamente grande, estaban muy bien, más tarde decidimos dar una vueltecita y localizar el castillo y el santuario de la Mare de Deu de Farners.
Se nos hizo un poco tarde, pues al castillo era complicadillo llegar, pues el camino no era precisamente una autopista. Pero mereció la pena por ver la ermita, el castillo se nos hizo tarde para visitarlo por dentro.
Se nos hizo un poco tarde, pues al castillo era complicadillo llegar, pues el camino no era precisamente una autopista. Pero mereció la pena por ver la ermita, el castillo se nos hizo tarde para visitarlo por dentro.
En la vuelta que dimos por el pueblo estuvimos mirando los restaurantes que previamente habíamos buscado por Internet, acabamos cenando en una pizzería llamada L'Argolla, nos pedimos Camembert rebozado y frito con mermelada deframbuesas, la ensalada de la casa con mozzarella y brownie de postre. El patio donde cenamos era muy agradable.
Al día siguiente, después de ir a comprar una galletas típicas de la zona en la pastelería Trías quedamos a comer con unos amigos en un pueblo cercano llamado Osor, donde comimos melón con jamón, tempura de flores de calabacín rellenas de gorgonzola, y un tradicional rissotto de setas.Y de postre las galletas Trías.
1 comentario:
que escapadas más relajantes!!! me encantan los balnearios...
besos!
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