El otro día hice mis magdalenas de salvados para el desayuno, y debí echar más levadura que otra veces, ya que al final me salieron más bollitos de la cuenta, así que al día siguiente como se habían quedado un poco secos los partí a rodajitas y los tosté en el horno, así quedaron como galletitas crujientes, y con ellas he hecho la base de mi tarta; pero el que no tenga las magdalenas lo puede hacer perfectamente con galletas, si son integrales y sin azúcar, pues mejor pues la receta seguirá siendo ligera, y si no pues con las que se tengan, pero ya lo de ligera habrá que eliminarlo del nombre.
INGREDIENTES:
Para la base:
100 gr de galletas crujientes (recicladas de magdalenas)
1 cucharada sopera colmada de queso batido 0%
edulcorante al gusto
Para el relleno:
300 gr queso batido 0%
3 yogures desnatados naturales o sabor limón 0%
2 cucharadas soperas de edulcorante liquido
3 huevos grandes
3 cucharadas soperas rasas de maicena
ralladura o esencia de limón
Para la cobertura:
200 gr de membrillo sin azúcar
1 hoja de gelatina
2 cucharadas de agua
Para la base:
Precalentar el horno a 180ºC. Cortar las magdalenas en rodajitas y tostarlas en horno hasta que se pongan crujientes. Una vez frías, triturar las galletas y mezclar con el queso y edulcorante al gusto. Forrar un molde desmontable con papel de hornear y extender la masa de galletas y queso haciendo una capa uniforme. Hornear de 10 a 15 minutos, o hasta que la masa quede ligeramente tostada.
Para el relleno:
Mezclar en una fuente todos los ingredientes: el queso, los huevos, los yogures , el edulcorante y la maicena.
Sacar el molde del horno y poner la mezcla sobre la base, volver a meter al horno, bajar la temperatura a 170ºC y cocinar unos 30-40 minutos, dependerá de cada horno.
Una vez cuajada la tarta sacarla del horno , y mientras hacer la cobertura.
Para la cobertura:
Poner la gelatina a remojo en agua fría, poner el membrillo con las cucharadas de agua a calentar, en un cazo o en el microondas, mezclar y homogeneizar, apartar del fuego y reservar, escurrir la gelatina y añadirla a la crema de membrillo, mezclar bien y extender sobre la tarta de queso, cuando esté fría, llevar a la nevera hasta el momento de consumir. Como todas las tartas de queso está más buena de un día para otro.
NOTA: Esta tarta de queso se la dedico a mi padre y mi hermano que hoy es su santo.
1 comentario:
muy bueno lo de la base una forma de reciclaje de rechupete
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