Nuestro primer día en Praga fue el día 25, pues el 24 lo dejamos en Barcelona, para sintonizar con la ciudad, decidimos coger el metro en I.P. Pavlova, a 5 minutos del Hotel Raffaello donde nos alojamos, para aparecer en Mustek y pasear por la calle Na Prikope, calle peatonal llena de tiendas y que acaba desembocando en la Torre de la Polvora, torre gótica restaurada, reliquia de los tiempos en los que existía un palacio real a la entrada de la Ciudad Vieja, continuamos por la calle Celetná donde nos encontramos con una banda de música y desfile, desembocamos en la plaza Staromestské Namestí, donde estaba montado todo el tinglado para ver el mundial de futbol, con muchos puestos callejeros de comida y artesanía.
Después de deambular por las calles de la Ciudad Vieja, acabamos comiendo en Hospoda Skorepka, un lugar con una buena relación calidad precio que sacamos de la guía del Trotamundos, nos pedimos unos tomates rellenos de queso y gratinados, una ratatouille, el codillo de cerdo, acompañado con mostaza, salsa de rábano picante y ensalada de col y el gulash a la cerveza, servido en una hogaza de pan.
La cocina checa está muy influenciada por sus vecinos alemanes y austriacos, la comida cotidiana generalmente consiste en un solo plato con una amplia guarnición, por eso fue que decidimos pedir 1 solo plato cada uno y compartirlos para probar un poco de todo.
En la mesa estaban puestos los pretzel para ir picando y luego con el pan nos trajeron mantequilla con hierbas, el pan aunque tenían blanco, el que suelen poner es moreno, además con anís o hinojo.
Lo que más nos gustó fue el gulash, que además con el pan estaba riquísimo, el codillo nos defraudó pues para nuestro gusto le faltaba estar un poco más hecho, lo que confirmamos cuando estábamos acabando, pues en la mesa de al lado también lo pidieron y el suyo se desprendía del hueso fácilmente, en cambio el nuestro había que cortar con fuerza, los tomates también los encontré muy buenos, el ratatouille estaba muy especiado, por lo cual lo estuve recordando toda la tarde.
Por la tarde paseamos por la zona de Josefov, barrio judío flanqueado por bellos edificios art noveau, hicimos un receso de cervecita en la cervecería U Rudolfina, recomendación de la Guía Praga en 2 días de El País, desde allí a buscar un bar donde dieran el partido de la selección española para que lo vieran nuestros amigos, mientras nosotros dábamos una larga vuelta en tranvía y acabar cenando en el bar del partido, que estaba cerca del Hotel, nos pedimos 2 platos de costillas adobadas con mostaza y miel al horno.
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