Bueno, ya estamos de vuelta de nuestro viaje a Praga, la ida no nos fue muy bien, pues debido a la huelga de controladores de Francia del día 24, nuestro vuelo salió con 4 horas de retraso (por lo menos tuvieron el detalle de darnos un vale para un sandwich y una bebida), de las 17,30, acabamos saliendo a las 21,30, llegamos sobre las 12 de la noche con lo cual hasta el día siguiente, no tuvimos un verdadero encuentro con la ciudad.
Llegamos a la hora de comer a Barcelona y lo hicimos en El Mussol, les dijimos que teníamos cierta prisa y la verdad es que fueron muy diligentes y agradables.
El pan que pedimos para la comida fue pan de coca, con tomate, que estaba buenísimo, crujiente, de poca miga pero esponjosa..., en este restaurante la comida está basada en carnes a la brasa, tienen la cocina a la vista y tienen un ritmo muy agil para servir.
Los primeros que pedimos fueron: Gazpacho (no fotografiado), la ensalada de lentejas con mollejas confitadas de pato y aliño balsámico y unos canelones de berenjena rellenos de espinacas.
Entre los segundos elegimos un pollo a la brasa con queso, tartar de carne,
que estaba bueno, pero para nuestro gusto predominaba el sabor de la mostaza,
y solomillo de buey a la brasa con verduritas, que estaba en su punto de cocción, rosado por dentro y tostadito por fuera, para mi gusto lo que desentonaba en el plato era la patata que acompañaba a los platos, pues no tenía ni sabor ni textura, muy mejorable esa guarnición.
De postre nos recomendaron las fresas marinadas en vino, que estaban deliciosas, y para los que quisieron un cafetito.
Y de allí rapidamente al aeropuerto, para encontrarnos que había que esperar 4 horas, eso si en el avion nos dieron un snack (panecillo con jamon dulce y queso)
que estaba bueno, pero para nuestro gusto predominaba el sabor de la mostaza,
y solomillo de buey a la brasa con verduritas, que estaba en su punto de cocción, rosado por dentro y tostadito por fuera, para mi gusto lo que desentonaba en el plato era la patata que acompañaba a los platos, pues no tenía ni sabor ni textura, muy mejorable esa guarnición.
De postre nos recomendaron las fresas marinadas en vino, que estaban deliciosas, y para los que quisieron un cafetito.
Y de allí rapidamente al aeropuerto, para encontrarnos que había que esperar 4 horas, eso si en el avion nos dieron un snack (panecillo con jamon dulce y queso)
1 comentario:
Quina jornada gastronómica més interessant. PEtons.
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