El día 23 fue el día de Sant Jordi en Catalunya, y seguro que muchos ya sabréis que es tradicional regalar un libro a nuestro chico y que este regale una rosa a su chica. Todo esto viene a que un periódico local, regalaba un vale para recoger un rosal en miniatura el domingo, en un vivero de rosales en un pueblo de la comarca, que además tiene al lado un restaurante llamado Mas Renart, que es de los mismos dueños que el vivero, este dato nos lo dijo el dueño la primera vez que fui a comprar allí rosales trepadores, hará unos 3 ó 4 años pues por esas fechas estaban rehabilitando la masía para transformarla en un restaurante.
El entorno es muy agradable, pero el menú degustación de Sant Jordi fue un poco desigual:
Para empezar unos aperitivos de la casa, que nos sirvieron acompañados con una copa de cava rosado de Peralada:
Croquetitas, tartaletas de pisto con bacalao confitado, cucharilla de mermelada con queso de cabra(debería haber sido al revés, queso con un toque de mermelada) y unos corazoncitos de pan de molde con queso y espovoreado con flores y especias.
De primero un risotto de vieiras, con bacon y langostinos, que aparte de ser una ración bastante escueta, no tenía la textura de un risotto, pues le faltaba cremosidad.
El otro primero de la degustación fue una crema de espárragos y espinacas, tenía más textura de sopa que de crema, pero el sabor era muy bueno, con una puntas de espárragos crujientes pero hechas , muy buenas.
De segundo había primero un plato de pescado que era un bacalao con salsa de rosas, que para mi gusto llevaba demasiada nata y mantequilla en la salsa, y demasiado dulce para el gusto de mi costillo, pero la textura del bacalao era exquisita, la guarnición eran tiritas de puerro fritas.
El otro segundo era un plato de carne, filete relleno de foie con un chorrito de Calvados, no iba relleno porque el foie iba encima, el de mi costillo, lo pidió al punto y se lo trajeron con el grosor y textura deseada, pero el mio, aparte de la nata de la salsa (yo y la nata somos enemigos), era un trozo histérico, atravesado por varios tendones. Una de cal y otra de arena. La guarnición era compota de manzana, frutos rojos salteados y calabacín rellenos de salteado de setas.
Y por último el postre que era un combinado de pastel de chocolate con notas de naranja, que llevaba trufa por dentro (más nata) y una "pannacotta de amor", no se que era el amor, lo que llevaba como toque de color era un pétalo de rosa escarchada, la mía amarilla, la de él roja.
NOTA: En conjunto fue una comida muy desigual, para mi gusto sobraba nata y mantequilla. Por esta zona, me imagino que por influencia de la cercana Francia, suelen abusar de estos 2 elementos.
El otro segundo era un plato de carne, filete relleno de foie con un chorrito de Calvados, no iba relleno porque el foie iba encima, el de mi costillo, lo pidió al punto y se lo trajeron con el grosor y textura deseada, pero el mio, aparte de la nata de la salsa (yo y la nata somos enemigos), era un trozo histérico, atravesado por varios tendones. Una de cal y otra de arena. La guarnición era compota de manzana, frutos rojos salteados y calabacín rellenos de salteado de setas.
Y por último el postre que era un combinado de pastel de chocolate con notas de naranja, que llevaba trufa por dentro (más nata) y una "pannacotta de amor", no se que era el amor, lo que llevaba como toque de color era un pétalo de rosa escarchada, la mía amarilla, la de él roja.
NOTA: En conjunto fue una comida muy desigual, para mi gusto sobraba nata y mantequilla. Por esta zona, me imagino que por influencia de la cercana Francia, suelen abusar de estos 2 elementos.
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