A mi vecina le gustan mucho en Navidad las bolitas de coco recubiertas de chocolate, así que para su aniversario hice un experimento, que fue muy accidentado pues con el calor del verano se deshacían por momentos. Aunque la foto no le hace justicia (el calor podía con ellos) a lo buenos que estaban, aquí va la receta (mejor para el invierno).
INGREDIENTES:
100 gr de coco rallado
100 gr de chocolate
2 cucharadas soperas de leche condensada
2 magdalenas grandes
1 cucharada de agua
1 cucharada de mantequilla
Desmenuzar las magdalenas, añadir el coco y la leche condensada, mezclar bien. Poner en la nevera hasta que coja consistencia; yo lo mezclé por la mañana y empecé a hacer las bolas por la tarde.
Cuando vayamos a hacer las bolas fundir en el microondas 1 minuto el chocolate fondant con el agua y la mantequilla, sacar y batir bien para homogeneizar.
Sacar la mezcla del coco de la nevera e ir haciendo bolitas bañar en el chocolate y dejar reposar en una rejilla para que el exceso de chocolate caiga debajo, meter en la nevera para que solidifiquen.
NOTA: A mí con el calor los coquitos se escurrían entre la rejilla y no había forma de que se estuvieran quietos, así que hacía las bolas las bañaba y las iba dejando en un plato pero con el calor tenían vida propia y se deformaban en plan "ameba", así que metí el plato en la nevera y cada bola que hacía lo iba metiendo en la nevera pero como la masa ya estaba demasiado caliente no conservó ninguno la forma redonda, luego los metí en el congelador y hasta la hora de comerlos.
Cuando vayamos a hacer las bolas fundir en el microondas 1 minuto el chocolate fondant con el agua y la mantequilla, sacar y batir bien para homogeneizar.
Sacar la mezcla del coco de la nevera e ir haciendo bolitas bañar en el chocolate y dejar reposar en una rejilla para que el exceso de chocolate caiga debajo, meter en la nevera para que solidifiquen.
NOTA: A mí con el calor los coquitos se escurrían entre la rejilla y no había forma de que se estuvieran quietos, así que hacía las bolas las bañaba y las iba dejando en un plato pero con el calor tenían vida propia y se deformaban en plan "ameba", así que metí el plato en la nevera y cada bola que hacía lo iba metiendo en la nevera pero como la masa ya estaba demasiado caliente no conservó ninguno la forma redonda, luego los metí en el congelador y hasta la hora de comerlos.
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