En Catalunya, el segundo día de Navidad (San Esteban), también es fiesta, así que hoy tocaba comer en casa de mi cuñado. Este santo, según los Hechos de los Apóstoles es el «primer mártir», el primero en seguir a su maestro, al llevar, él también, su cruz. Esteban reproduce la muerte misma de Jesús. No sé porqué exactamente en Catalunya, este día es fiesta, pero hay está.
Como mi cuñada, tiene 2 ayudantes de cocina (mis sobrinas), se ha entretenido más en montar canapés para los entrantes, acompañados del vinito preferido de mi suegra: Diamante.Los aperitivos han consistido en canapés de paté con tomatitos cherry, de setas salteadas con queso, de salmón y queso, patata fritas, gambas al ajillo , canapés de sobrasada y aceitunas y de ensaladilla.
Como primero, un salteado de espárragos, brotes de ajetes y gambas, y verduras salteadas que servian también como acompañamiento del segundo plato que ha sido un pollo con nata y champiñones, como ya os he contado alguna vez, a mí la nata y la mantequilla me sienta fatal, así que mi cuñada que es muy considerada, además de cocinar sin sal para mi suegro, me ha hecho mi pechuga a la plancha aderezada con hierbas provenzales. Acompañado con un vino chileno rosado que se había traído mi cuñado, del último congreso al que había ido hace poco, en Chile, llamado Santa Digna.
Y ya la refinitiva, los postres, por si nos habíamos quedado con hambre. Esta vez como la cosa iba de rosados, hemos bebido un cava rosado de Anna de Codorniu, para acompañar una piña con chocolate o nata (o las 2 cosas, para los más golosos) con neulas y los turrones variados, de yema tostada, postre de músico y chocolate con nueces de casa Vicens y chocolates también variados del Lidl de pimienta rosa, naranja, arandanos y chocolate 81% de chocolate.
Y ya como remate mi sobrina ha sacado un bizcocho de manzana para su tío, que estos día que estaba con un dedo roto e iba con muletas, la ha estado llevando al instituto, y claro, aunque se suponía que era para el desayuno, nos hemos acabado comiendo la mitad, trocito a trocito, sin gana, solo por vicio, reconozcamoslo.
Como primero, un salteado de espárragos, brotes de ajetes y gambas, y verduras salteadas que servian también como acompañamiento del segundo plato que ha sido un pollo con nata y champiñones, como ya os he contado alguna vez, a mí la nata y la mantequilla me sienta fatal, así que mi cuñada que es muy considerada, además de cocinar sin sal para mi suegro, me ha hecho mi pechuga a la plancha aderezada con hierbas provenzales. Acompañado con un vino chileno rosado que se había traído mi cuñado, del último congreso al que había ido hace poco, en Chile, llamado Santa Digna.
Y ya la refinitiva, los postres, por si nos habíamos quedado con hambre. Esta vez como la cosa iba de rosados, hemos bebido un cava rosado de Anna de Codorniu, para acompañar una piña con chocolate o nata (o las 2 cosas, para los más golosos) con neulas y los turrones variados, de yema tostada, postre de músico y chocolate con nueces de casa Vicens y chocolates también variados del Lidl de pimienta rosa, naranja, arandanos y chocolate 81% de chocolate.
Y ya como remate mi sobrina ha sacado un bizcocho de manzana para su tío, que estos día que estaba con un dedo roto e iba con muletas, la ha estado llevando al instituto, y claro, aunque se suponía que era para el desayuno, nos hemos acabado comiendo la mitad, trocito a trocito, sin gana, solo por vicio, reconozcamoslo.
3 comentarios:
Caram, quin súper àpat.!
Todavía no me he recuperado de la Nochebuena y me vienes con todas estas maravillas de la Navidad... dame una tregua.
besos.
Yo creo que ha caido algo más de la mitad. Y eso que yo no lo probé. He sido MUY moderado etas fiestas, algunas lenguas viperinas dirían que "la edad no perdona", pero es la madurez y la armonía con el universo lo que se impone.
o:-)
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